dissabte, 1 de desembre del 2012

DÍAS LEJANOS

Un día comprendes que dejas algo
atrás, no sabes dónde, 
que entre un año y aquél
se agranda la distancia, 
y vuelves
sin que sepas por qué.
Te acomodas
a la salida del día
y permaneces así,
inclinado a la vida,
entre una pena y otra.

Casi resulta inaceptable, 
pero se vuelve al fin
con apenas lo puesto,
ceñido el deseo.
Pobreza y mansedumbre son
los pormenores
con que cubres el día, tus exigencias
mínimas.

Si vuelves es cuestión
de madurez y no de compromiso.

En toda vuelta hay
un ansia de silencio.
Prefieres que en los goznes,
que en la forma que tienes de abrir
el tiempo al que regresas, 
no caiga una palabra más alta
que la otra.

Nadie que vuelve lo hace
por su propia voz,

Con poco, ya ves, termina uno
identificando, al fin,
que no siempre se cumplen
las cosas más hermosas,
que vuelves al borde
de tu voz expectante
sin saber qué decir, 
sin vislumbrar una forma de futuro.



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